Al igual que en sus inicios, hoy día la escuela tiene por misión «formar integralmente oficiales de línea para la Fuera Aérea de Chile (FACh), con el propósito de satisfacer las necesidades institucionales».
Cada año se presentan para el ingreso más de 500 aspirantes, de los cuales sólo ingresan 120. Para ello, la escuela realiza un estricto proceso de admisión y selección de cadetes, a quienes se efectúan exámenes psicofisiológicos y académicos.
El proceso de selección tiene como fin disminuir el máximo el gasto humano y material por marcha prematura al ámbito civil, mal rendimiento académico, problemas médicos, etcétera.
Asimismo, el hecho de contar con el elemento humano idóneo, permite alcanzar los objetivos fijados por la institución: «Satisfacer los requerimientos institucionales de egreso de oficiales, para operación, manutención del material aéreo, terrestre y para asegurar la futura conducción de la FACh».
Los planes de estudio desarrollados por la escuela contemplan cinco principios fundamentales: el área académica; el área profesional especializada; el área físico-militar; el área ético-moral y el área cultural.
La académica infunde los conocimientos necesarios en las materias científicas tradicionales que brinda una sólida base teórico-práctica que permite afrontar los estudios posteriores, en disciplinas de creciente nivel de complejidad y dificultad.
Los programas de estudio se desarrollan en un marco de alta exigencia académica y están orientados a incentivar en el alumno metodologías científicas y tecnológicas.
El área profesional especializada abarca el estudio de materias técnico aeronáuticas especificas relacionadas con el ambiente aéreo y de defensa. Se contemplan estudios de aerodinámica, electrónica, planificación, reglamentación, administración de recursos y personal, logística y economía, entre otras.
Mientras que en el área físico-militar se entrena al cadete en distintas disciplinas deportivas; en el ámbito militar se le brinda la instrucción que lo capacita como combatiente individual, contemplando materias de supervivencia en diferentes ambientes, el empleo de armamento, técnicas de orientación y combate terrestre, paracaidismo militar, etcétera.
En el área éticomoral se profundiza en el conocimiento y la asimilación de los valores propios de la entidad. En lo cultural, por último, se apunta a lograr la formación integral del cadete, con el fin de ubicarlo a un nivel acorde y complementario a su formación profesional.
Formación de pilotos en la escuela de Aviacion de Chile
El plan de formación integral de la escuela comprende dos etapas fundamentales: La primera de ellas es la formación militar, la cual requiere inculcar y desarrollar los principios de la ética y la moral, la instrucción militar, física y cultural. Y la segunda, la formación especializada, de acuerdo a la rama seleccionada: Escalafón del Aire; Escalafón de Ingeniería Aeronáutica; Escalafón de Defensa Aérea y Escalafón de Administración.
La instrucción de los cadetes requiere cuatro años, tanto para el Escalafón del Aire, como para el de Defensa Antiaérea, Administración e Ingeniería Aeronáutica. En el primer año se brinda instrucción básica y representa una nivelación académica general entre los estudiantes.
Este equivale al programa de cuarto año de Enseñanza Media, culminando con la obtención de la Licencia de Educación Media respectiva, más un proceso de nivelación en las materias científicas y la formación del cadete de aviación. Cabe destacar que a lo largo de toda la carrera el idioma ingles es un elemento necesario y muy importante. Para ello, durante el periodo de instrucción y a lo largo de su permanencia en la fuerza aérea es evaluado en forma constante.
En el segundo y tercer año se realiza el Bachillerato de Ciencias Básicas, que comprende materias especificas de orden científico-aeronáutico y profesional sustentadas en una preparación de ciencias básicas.
En el cuarto año se produce la separación e instrucción especializada en cada uno de los escalafones, egresando con el grado de alférez y los alumnos obtienen además el grado de Bachiller en Ciencias. Los cadetes deberán continuar con su formación para alcanzar la especialización definitiva en cualquiera de las siguientes especialidades:
Aire: ingeniero de ejecución en sistema de armas, mención piloto de guerra al aprobar la Escuela Táctica (un año).
Ingenieria Aeronáutica: ingeniero aeronáutico, al aprobar la Academia Politécnica Aeronáutica (cuatro años). También se puede optar por la mención de ingeniería electrónica.
Defensa Aérea: ingeniero de ejecución en sistema de armas, en las menciones de artillería antiaérea y comunicaciones y electrónica, al aprobar la Academia Politécnica Aeronáutica (dos años).
Ingeniería en Administración: ingeniero en administración, al aprobar la Academia Politécnica Aeronáutica (tres años).
Para los futuros pilotos, se comienza por una instrucción de familiarización en el simulador con seis horas como mínimo. Durante 1999, los pilotos tuvieron un total de 120 horas de vuelo programadas en los ENAER T-35 Pilan. En primer lugar se realiza la instrucción básica, que incluye el vuelo en formación y el acrobático; seguida de la instrucción de navegación, vuelo nocturno y por instrumentos para lo cual se emplea la versión «B» del Pillán.
Ésta, a diferencia del T-35A, está equipada con instrumental para el vuelo en condiciones IFR. A lo largo del año, en la escuela se realizan aproximadamente unas 6.000 horas de vuelo, que se complementan con las horas de simulador.
Un hecho a destacar es que en este año, ingresarán por primera vez 40 cadetes femeninos para el Escalafón del Aire. A tal fin, hace algunos meses han sido nombradas tres instructoras del Ejercito Chileno que les darán la instrucción básica militar. Estas mujeres fueron seleccionadas de entre un total de más de 1.000 aspirantes.
La escuela cuenta para la instrucción con 31 ENAER T-35 Pillán, de los cuales 12 son de la versión «A» (entrenamiento básico) y 19 de la versión «B» (entrenamiento avanzado).
El Pillán entró en servicio en 1984 y desde entonces ya lleva acumuladas más de 75.000 horas de vuelo sin inconveniente alguno, demostrando el alto grado de fiabilidad de la aeronave.
Según los comentarios recogidos en la institución, el Pillán es un avión muy económico de operar y simple de mantener, sobresaliendo por su robustez estructural, ello lo hace un avión óptimo para la formación de los pilotos. Además, se encuentra basado en la misma escuela, el prototipo desarrollado por ENAER del Turbo Pillán, y que está en pleno proceso de evaluación.
La formación del un oficial de la fuerza aérea, implica para la escuela un gran desafío y un enorme esfuerzo humano y material, ya que la institución opera sistemas de alto nivel tecnológico y de complejidad creciente, con sólidos conocimientos científicotecnológicos para que asuman la responsabilidad de operar y conducir los recursos humanos y materiales de los que dispone. En síntesis, es un plantel de formación integral que prepara a estos cadetes en el futuro de la Fuerza Aérea de Chile.